Qué ver y hacer en Kanazawa (Descubre un tesoro inesperado en Japón)

Lo sé, estás buscando algo diferente para tu viaje a Japón, por eso has llegado hasta este artículo. Por eso y porque el señor Google ha querido tenerme en su gloria y colocarme en su preciada 1º página, a un clic de distancia de tu dedo.

Yo estuve igual que tú hace unos meses. Buscaba y buscaba artículos en internet sobre Japón y en todos aparecía el mismo recorrido para un primer viaje de 15 días: Tokio, Kioto, Nara, Hiroshima…

—¡Qué coñazo! —pensaba.

Quería encontrar algo «diferente», obviamente todo el planeta está más trillado que el trigo de mi pueblo en verano pero no sé… una ciudad «un poco menos» requetepetada y alguna experiencia alternativa.

Y las encontré, tanto la ciudad (Kanazawa) como la experiencia (una clase práctica de afilado de cuchillos en la ciudad japonesa de Sakai).

Kanazawa es, junto a Kioto, el lugar que más me gustó de Japón, de lejos. 

Descubre qué ver y hacer en Kanazawa.

Te recomiendo que camines hasta el distrito de Higashi Chaya al anochecer (o al amanecer), te sientes en una esquinita, y dejes volar la imaginación. Ella sola te llevará al pasado, al día a día en la vida de una geisha, incluso fantasearás con ser una de ellas.

¿Imaginas despertarte en una antigua Okiya con los primeros rayos de sol y contemplar los cerezos en flor a través de la celosía?

Tras el té y un copioso desayuno, comenzaría tu ritual diario de preparación: maquillaje, peinado y colocación del kimono de seda…

Kanazawa tiene esta magia, te hace soñar. Tiene ese no sé qué que qué sé yo que hace que un lugar te atrape.

Espero que esta intro haya despertado tu curiosidad y tus ganas de saber más sobre esta ciudad.

¿Empezamos?

Seguramente, el 95% de los turistas que visitan Japón no pasan por Kanazawa.

Si le hablas de Kanazawa a algún amigo tuyo que haya estado en el país nipón, lo más probable es que te ponga la misma cara que al ver un Kanji o símbolo del alfabeto japonés. Sin embargo, esta ciudad costera de la prefectura de Ishikawa fue (y es) muy pero que muy conocida para los japoneses.

Sobre si merece la pena salirse del circuito habitual y visitarla, te lo diré en negrita y subrayado (y si pudiese lo remarcaría con rotulador indeleble varias veces y con mucha ansia): SÍ, SÍ y SÍ.

Para mí, Kanazawa ha sido el gran descubrimiento del viaje.

Quizás porque no me esperaba nada en particular de esta ciudad, quizás porque era Nochevieja y estaba lejos de mi familia, quizás porque comenzó a nevar, quizás porque encontré un barrio de geishas espectacular y sin turistas, quizás porque no había tropecientas tiendas de souvenirs “made in China”, quizás porque probé el mejor sushi de Japón, quizás porque me metí de lleno en sus tradiciones ancestrales y recorrí varios templos haciendo mi plegaria de Año Nuevo y bebiendo sake…

Como dice la canción, “quizás, quizás, quizás” por todas estas pequeñas cosas y por otras muchas, Kanazawa me robó el corazón.

Si a esto le sumas que está a dos horas y media en tren bala desde Tokio, dos hora desde Kioto y que la ciudad no fue destruida por los bombardeos de la II Guerra Mundial… blanco y en botella.

Eso sí, para gustos los colores. Conozco a gente que, como a mí, le ha encantado y a otros viajeros que no les ha molado especialmente. Todo depende de las experiencias que vivas en un lugar, la gente que conozcas, cómo estés tú ese día…

En fin, la única forma de saber si eres de un bando o del otro es visitándola, así que, ya me contarás.

Yo estuve dos días completos y no me sobró ni un minuto. Todo depende de cómo te tomes el viaje, si eres de despertarte al alba o tienes que levantarte con grúa.

Si volviese le dedicaría un mínimo de dos noches.

No te voy a chapear con datos, emperadores y años porque sé que tienes la cabeza loca con tanta información y hacerlo no serviría para nada.

Generalmente, cuando estoy preparando un viaje, tan solo quiero que me den el nombre de esos rincones menos conocidos o imprescindibles, que con unas pocas palabras o una imagen me hagan soñar con él. Quiero que me pongan la miel en la boca y dejen parte del misterio a mi imaginación.

Yo haré lo mismo contigo.

Tan solo voy a darte algunas pistas de por qué estos lugares son imprescindibles (para mí) en Kanazawa y serás tú misma la que vaya a descubrirlos.

Una vez estés allí, llegará el momento de conocer los datos, los años y quién hizo qué y por qué. Ahora tan solo apunta estos lugares que te indico a continuación y comienza a soñar:

• Jardines Kenroku-en. Es uno de los tres jardines más bonitos de Japón. Creo que no necesitas más explicaciones para anotarlo en tu ruta.

• Mercado Omi-cho. “Pescado freeeeeescoooo oigaaaa”. Si quieres conocer cómo es un mercado de pescado auténtico y probar este manjar de Km 0, este es el lugar. Puedes recorrerlo por tu cuenta o apuntarte a este food tour para probar lo mejor de lo mejor en pescado «fressssscue».
• Parque del castillo de Kanazawa. Date un paseo por el jardín, es muy relajante. A no ser que seas muy apasionado de la arquitectura, puedes ahorrarte la entrada al castillo ya que el antiguo fue destruido en un incendio y lo que puedes contemplar hoy en día es una reconstrucción sin mobiliario en su interior.

• Distrito Higashi Chaya. Fachadas con entramados de madera, pequeños negocios y restaurantes con encanto, un sauce llorón, puertas que dan acceso a antiquísimas casas de té, el sonido del shamisen…. Te recomiendo apuntarte a este paseo nocturno por la zona para retroceder al periodo Edo de una manera mágica y conocer los misterios y secretos que se esconden tras las paredes de sus casas. No te pierdas las casas de té Shima y Kaikaro.

• El barrio de geishas Kazuemachi. Está justo al otro lado del río y es muy pequeño, tan solo las casas que dan al río y un callejón estrecho tras ellas. Date un paseo por allí al atardecer y prueba el sándwich de carne del bar Lugu, babeo tan solo recordarlo  ? ? ?.
• El barrio de geishas Nichi Chaya. También es muy pequeño pero encantador.
• Distrito Nagamachi. Aquí vivían los samuráis hace un porrón de años. Puedes pasearte por el barrio y entrar a varias de sus casas.
• Cena en el restaurante Sushi Takashima en el barrio Higashi Chaya. Es pequeñísimo (como casi todo en Japón ?) y el sushi es una locura.
• Templo Ninja Dera o templo Myouryuji. Seguro que te has tragado muchos capítulos de las Tortugas Ninja pero nunca has contemplado un auténtico escondite ninja. ¡Esta es la ocasión de hacerlo!
• La puerta Tsuzumi en la estación de tren de Kanazawa. Imagina cómo sería un tori (⛩ ese icono de Whatsapp que no has utilizado en la vida) en versión futurista. No hace falta que imagines más, lo puedes encontrar en Kanazawa y flipar en colores.
• Celebra una ceremonia del té. Puedes hacerlo en la casa de té de los jardines Gyokusen’inmaru (dentro del parque del castillo de Kanazawa) o en la parte trasera de la casa de té Shima en el barrio Higashi Chaya. No entendí ni papa de la ceremonia pero me encantó ver cada movimiento de sus manos, cada paso del ritual… es hipnotizador.

Como puedes imaginar, hay tropecientos cincuenta mil tipos de alojamientos.

El mejor lugar para dormir en Kanazawa (en mi opinión) es el distrito de geishas Higashi Chaya. La mejor parte de alojarse en el meollo es poder pasear por el barrio en soledad una vez se hayan esfumado los turistas.

Me alojé en el hostal Stella, un alojamiento muy sencillo en el barrio de Higashi Chaya. Como todo en Japón, el hostal (y el baño) están impecables y el dueño te ayuda en todo lo posible: consejos sobre dónde comer, qué ver, horarios según la época en la que vayas… incluso nos acercó hasta la estación de tren en su propio coche. Si buscas un lugar sencillo en el que no dejarte un ojo de la cara y que esté céntrico, échale un ojo.

En caso de querer algo más romántico para pasar un par de días a lo grande con el/la churri, echa un vistazo a este o este otro alojamiento.

Puede que lleves ya un tiempecillo indagando sobre Japón y dudando sobre qué meter o no meter en tu ruta por el país nipón. Si es así, seguramente hayas leído bastante sobre la zona de los Alpes Japoneses, sobre Takayama, el pueblo de Shirakawago o Kanazawa.

Si ahora mismo estuviésemos tomando un café/cerveza en una terracita y me preguntases mirándome a los ojos:

—Marta, no sé qué jodida ruta hacer. ¿Voy a Takayama o Kanazawa? ¿Me paso por Shirakawago?

Mi respuesta sería que, si tienes días suficientes, lo veas todo.

Ahora viene la madre del cordero, ¿y si solo tienes tiempo para un lugar?

Contra todo pronóstico, y seguramente contra el 95% de los blogs de viaje, te diría que elijas Kanazawa, dejes para otra ocasión Takayama y mandes al carajo a Shirakawago.

¿Por qué?

Takayama es bonita, tiene una zona muy chula pero está petadísima de turistas. Por ello, entre ambas opciones, me quedo con Kanazawa sin lugar a dudas.

Shirakawago es ese pueblo que parece sacado de una postal con los tejados de paja a dos aguas y cubierto de nieve. Las expectativas son la pera pero la realidad es otra. Hordas y hordas de turistas, mala comida, te la meten hasta el fondo por guardarte la maleta y poder dar un paseo por el pueblo, el autobús cuesta un potosí y suele estar petado y además de todo esto, si lo visitas y no tienes la suerte de encontrar el pueblo nevado… pierde todo el encanto.

Esta fue mi experiencia. Como te he comentado más arriba, habrá gente a la que le haya encantado pero como solo puedo hablar de mí misma, yo lo quitaría de la ruta.

Si quieres poner tu base de operaciones en Kanazawa y sí o sí visitar Takayama y Shirakawago (porque quieres tener tu propia opinión o porque te da la gana), puedes hacerlo en una excursión organizada en autobús (aquí puedes echar un ojo al precio y qué incluye).

No te recomiendo hacerlo por tu cuenta porque no te daría tiempo a verlo todo y volver a Kanazawa en un día, créeme… NO.

OJO. Si tu plan es pasar un par de días en Kanazawa y luego seguir ruta por tu cuenta hasta Takayama pasando por Shirakawago, reserva el autobús con tiempo desde aquí.

Para llegar hasta Takayama desde Kanazawa, el único medio de transporte es el autobús. Este bus para en Shirakawago donde puedes bajarte para estar un par de horas o tres y volver a coger otro autobús que te lleve hasta Takayama. No existe combinación de trenes entre Kanazawa y Takayama, sí o sí tienes que hacerlo en bus o coche alquilado.

Ahora viene cuando la matan…

Los buses se llenan con días de antelación (especialmente en invierno para ver Shirakawago nevado). Tal es así que, si no es por el dueño del hostel que nos buscó una combinación rarísima para poder llegar, nos quedamos en tierra con cara de monguers.

Moraleja: reserva con bastante tiempo si no quieres cagarla.

Lo más habitual es que, para llegar hasta Kanazawa, tomes como punto de partida Tokio o Kioto. Desde ambas ciudades puedes utilizar el JP Rail Pass y llegar a Kanazawa en tren.

Para saber horarios, qué tren coger y desde qué andén sale, bájate la app de Hyperdia. Es imprescindible en tu viaje, más que comer, ya lo verás.

Desde Takayama o Shirakawago, no te quedan otras pelotinguis que coger un autobús hasta Kanazawa.

Si por cosas del destino, decides pasar la Nochevieja en Kanazawa (como una servidora), es importante que sepas algunas cosas:

• Los japoneses no se chuzan en Nochevieja (por lo menos en esta ciudad).
• No comen uvas, ni langostinos, ni ningún tipo de comida navideña que tengas en mente. Puedes llevarte una latita de uvas para hacer el paripé y quitarte la morriña.
• Los restaurantes cierran a las 8 de la tarde como muy tarde.
• A las 12 la gente se acerca a los templos. En ellos, un señor viejuno (sacerdote, monje o algo similar) toca una especie de tambor sin ritmo alguno. Los japoneses agitan una campana mientras realizan un ritual de reverencias y tras ello, beben sake.
• Les gusta que te introduzcas en sus tradiciones siempre desde el respeto.

Espero que con este artículo te hayan entrado unas ganas locas de conocer esta joyita llamada Kanazawa. Quizás hasta hayas cambiado tu itinerario de viaje, si es así, cuéntamelo que me hace mucha ilu.

Por cierto, puedes preguntarme tus dudas por WhatsApp (pincha abajo a la derecha en el icono), por email o dejando un comentario en este artículo.

¡Buen viaje!