Qué ver en Lübeck: Los rincones con más encanto y un tesoro oculto

Detén tu mirada en la imagen que da comienzo a este artículo y dale al play en el reproductor que aparece debajo.

Imagina una voz en off (de esas bien roncas que dan miedito) narrando: “Todo comenzó un frío y lluvioso día de invierno en la ciudad de las siete torres, la puerta hacia el norte, la reina de la Hansa…”

Channn, chan, channn.

¿No me digas que esto no parece un capítulo de “Juego de Tronos”? Yo ya estoy viendo entrar un ejército de caballeros medievales por esa puerta (por imaginación que no sea ?).

Tranqui, no te he jodido el vigésimo quinto capítulo de la doceava temporada de la famosa serie, NO.

Escribo este artículo porque quiero contarte que “la ciudad de las siete torres” no es un decorado de poliespan, es un destino de “carne y hueso”, o más bien de “ladrillo y cobre”.

Si además de esto te digo que el casco histórico de esta ciudad fue el primero en ser declarado Patrimonio Mundial por la Unesco…¿ya te pica mucho la curiosidad, verdad?

Vete aposentando tu culillo en el sofá y abriendo una cerveza bien fría. Vamos a descubrir los secretos de Lübeck.

Con el apodo de “la puerta hacia el Norte” y el aspecto medieval del torreón ya puedes hacerte a la idea de  que, Lübeck o Lubeca, no se encuentra en África.

Se localiza en el norte de Alemania y recibe ese nombre porque en el pasado, fue un importante enclave comercial entre Centroeuropa y Escandinavia.

La manera más sencilla para llegar hasta Lübeck es volar a Hamburgo.

Desde España tienes vuelos directos hasta Hamburgo desde ciudades como Madrid, Barcelona, Mallorca, Alicante, etc. con varias compañías aéreas.

Para conocer Lübeck te recomiendo dos opciones:

• Centrar tu estancia en Hamburgo y desde allí visitar Lübeck en tren o coche de alquiler.
• Realizar una ruta en coche por el norte de Alemania, conociendo diferentes ciudades y alojándote en ellas una o dos noches.

Para ello necesitas alquilar un coche, en Alemania son muy baratos y si eres un apasionado de la velocidad…¡no hace falta que te diga nada más! Aquí puedes comparar los precios de varias compañías y reservar directamente.

Es la imagen típica de Lübeck y la que da entrada a este artículo, pero… ¿qué es?

El Holstentor es una de las puertas de entrada que daba paso a la ciudad.

Se construyó en el siglo XV y el conjunto defensivo estaba formado por 4 puertas (las otras 3 han desaparecido). Los tíos estaban bien defendidos, ahí no se colaba ni pichichi.

En vivo y en directo, impresiona, te retrotrae al pasado. Solo tienes que cerrar las ojos e imaginar el trajín que se movía por esa puerta hace 500 años.

Hoy en día, los comerciantes, caballos y caballeros se han sustituido por parejas y grupitos de turistas sacando fotos como si no hubiese un mañana. En su interior puedes encontrar un museo.

¿What? Con los nombrecitos alemanes vamos de guate-mala a guate-peor, ¿eh?.

Probablemente en 2 minutos se te hayan olvidado todos, tranqui, tú quédate con la esencia: Lübeck es un destino que mola.

Salzspeicher significa en alemán, almacén de sal y este nombre reciben las 6 casitas de ladrillo rojo que se encuentran justo al Holstentor y el río Trave.

La sal fue uno de los productos estrella de la Liga Hanseática e impulsó la actividad económica del norte de Alemania durante los siglos XIV-XX.

¿Quieres saber qué es la Liga Hanseática? Aquí te lo explican de rechupete.

Uno de los lugares más chulos, arquitectónicamente hablando, es el Ayuntamiento.

Lo primero que me vino a la cabeza al contemplarlo de lejos fue: “joder, qué pobres, se les ha quemado”. ¡Pues no!

El Ayuntamiento está construido en ladrillo negro (por eso aparenta estar “achicharrado”) y data del siglo XIII.

Como curiosidad, en la parte superior se alternan pequeñas torres con orificios circulares. ¿Para qué?, ¿para jugar a pasar el balón por el agujero? No.

Lübeck es un lugar bastante ventoso y con esta solución arquitectónica consiguen aplacar la fuerza del viento.

Junto al Ayuntamiento se sitúa la Plaza del Mercado. Si viajas a Lübeck en Navidad la encontrarás llena de puestitos navideños en los que ponerte fino de vino caliente (glühwein) y salchichas.

Como te he comentado al principio, Lübeck es conocida como la ciudad de las siete torres.

Esas siete torres corresponden a las agujas imponentes de sus iglesias: Santa María (Marienkirche), San Jacobo (Jacobikirche), San Pedro (Petrikirche) y la catedral (Dom).

No puedes irte de Lübeck sin recorrer sus calles y contemplar estas impresionantes construcciones, realizadas en ladrillo rojo.

Desde una de las siete torres, exactamente la de la iglesia de San Pedro, tienes unas buenas vistas de la ciudad.

La mayor parte de ellas han sido reconstruidas ya que quedaron seriamente dañadas durante los bombardeos de la II Guerra Mundial.

El caso antiguo de Lübeck está plagado de estrechos pasadizos y túneles, aparentemente privados, que se unen con patios y callejones de cuento con un ambiente muy bohemio.

Algunos de ellos se encuentran en las calles Glockengießer, Aegidienstraße y Engelsgrube.

Piérdete sin miedo por ellos.

Mira bien esta fachada porque dentro de ella se encuentra un lugar que me dejó con la boca abierta nada más entrar.

El edificio se conoce con un nombre “sencillo y fácil de pronunciar”: Schiffergesellschaft.

En la parte superior, coronando el edificio, tienes una pista, una veleta en forma de barco. ¿Qué hay en su interior?

Un tesoro de película, ¡de película de piratas!

El restaurante más flipantemente decorado al estilo “mesón de Piratas del Caribe” que he visto en mi vida.

Es como entrar dentro de un decorado de película, una P-A-S-A-D-A. Barcos colgando del techo, bancos corridos de madera, una luz tenue y comida como para una boda.

El restaurante no es barato pero merece la pena al 200%.

Después de ver todo lo que tiene Lübeck para ofrecerte… ¿te apetece una ruta por el norte de Alemania, verdad?  Empieza leyendo este artículo de Hamburgo, una de las ciudades más interesantes de Alemania.

Nos vemos por el norte, ¡pirata!

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Sí, yo también he viajado en el pasado a lo loco pensando que nunca me iba a ocurrir nada pero… “al que anda le pasa”. Esto es como las vacunas, por favor, coge un seguro, el que más rabia te de pero lleva siempre uno. Si lo reservas desde aquí, tienes un 5% de descuento por ser lector de este blog.

Alojamiento: ¡echa una ojeada a los hoteles de Lübeck. Nosotros nos quedamos en el Hotel Lindenhof In que está bien ubicado (junto al Holstentor) y tiene una buena relación calidad-precio.
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