Quiero que te sumerjas de lleno en esta historia. Vamos a retroceder 300 años en el tiempo. 

Cierra los ojos y métete en la piel de un hombre que se ha enrolado en la tripulación de un galeón español. 

Corre el mes de mayo de 1717 y tú estás tumbado en una preciosa playa del mar Caribe.

Contemplas tu alrededor anonadado. No puedes dejar de observar el movimiento de las palmeras y el vaivén de las olas del mar. Seguramente tengan algo que ver  las cinco o seis jarras de vino que te has metido entre pecho y espalda.

Ese momento zen, en el que te sientes en mitad de un cuento exótico, dura poco. A lo lejos escuchas la voz ronca del capitán, gritando como un poseso:

Todos al barcoooooooo

El futuro se presenta incierto. Tras una breve parada en «La Española» para llenar la despensa de víveres, toca poner rumbo de nuevo a casa con el barco “hasta los topes” de oro y otros productos del Nuevo Mundo.

Subes a la nave pensando:

“Puffff espero que no nos toque una gran tormenta y naufraguemos”.

Pero en realidad estás acojonado por otro tema, algo mucho más peligroso y sanguinario que la climatología…

Cierras los ojos y escuchas perfectamente el sonido del terror. (Dale al play)

Los pelillos del brazo se te ponen como escarpias.

«Esos jodidos piratas y bucaneros, ¡la madre que los parió a todos!»

El Caribe está plagado de filibusteros y sortear las tropecientas islas en las que reina el caos y la piratería… será complicado.

Te quedas mirando el horizonte en la popa del barco, la costa cada vez se hace más pequeña y más lejana. Solo puedes hacer una cosa, rezar a Dios para llegar a Cádiz sano y salvo y no escuchar en ningún momento:

¡Al abordaje!

Esta era la vida de un marinero, hace tres siglos, por aquellos lares.

Ayyyy el Caribe, ese lugar paradisíaco… ¡lleno de piratas y amantes de lo ajeno!

La temática bucanera y corsaria siempre ha generado mucha intriga y fantasía en el ser humano. No hay más que ver los doscientos millones de películas que existen sobre el tema; desde Peter Pan a Piratas del Caribe, pasando por el juego de ordenador Monkey Island o la serie de Netflix Black Sails.

¿Tú también tienes curiosidad por saber dónde vivían estos malhechores? ¿Qué islas del Caribe estaban habitadas por ellos? O si… ¿la vida pirata es la vida mejor?

Pongamos 10 cañones por banda y viento en popa a toda vela para adentrarnos en el mundo de la piratería.

01—

Refugios piratas en el Caribe

El Caribe, en los siglos XVII y XVIII, era un lugar “jodido” de visitar. Olvídate de las piñas coladas, la pulserita, la piscina con barra y el todo incluido.

Las palmeras, los cocos y el agua cristalina estaban, sí, pero… a ese idílico paisaje, añádele unos cuantos maleantes que pululaban por tierra y por mar.

¿Dónde se escondían los piratas? ¿En qué islas del Caribe habitaban más amantes de lo ajeno por m2 que en San Fermín? ¿Cuáles eran sus puntos estratégicos de ataque?

Isla Tortuga en La Española (Haití)

Se sitúa al norte de La Española (isla dividida por Haití y República Dominicana) y actualmente pertenece a La República de Haití.

Isla Tortuga, de 37 km. de longitud, fue uno de los refugios piratas más famosos del Caribe.

Te estarás preguntando a qué viene ese nombrecito, ¿por qué se llama isla Tortuga? ¿Allí nacieron las Tortugas Ninja?

Ni es famosa porque las tortugas vayan a desovar ni es la patria de las tortugas Ninja, NO. El nombre se lo puso Cristóbal Colón debido a que, una de sus montañas, se asemejaba a dicho animalito.

Isla Tortuga refugio pirata

¿Por qué estaba plagada de piratas?

El origen de todo el tinglado se remonta al siglo XVI. La corona española echó a los bucaneros (personas, la mayoría de origen francés, que se dedicaban al contrabando de carne ahumada de cerdo) de La Española porque le estaban fastidiando el “businessy éstos se refugiaron en isla Tortuga.

Los bucaneros, cada vez que avistaban un barco en las aguas que separaban Cuba de Haití, salían raudos y veloces a ofrecerle sus productos al estilo:

Ayyy cómprame algo primo, que lo tengo «mu» barato

A los españoles se les hincharon las pelotillas porque veían cómo se les escapaba el dinero y atacaron la isla, matando a más de 300 bucaneros… Así, en plan gente maja y comprensiva.

Los supervivientes juraron venganza y crearon la Cofradía de los Hermanos de la Costa, germen de la piratería.

La corona española no podía mantener el control de todo el Nuevo Mundo y, en esta isla, los de la pata de palo y parche en el ojo encontraron una guarida perfecta.

Los españoles los echaban pero con el tiempo volvían a ocupar la isla. Un islote perfecto para refugiarse ya que, al norte estaba protegido por una orografía muy abrupta, y en el sur disfrutaba de aguas tranquilas y una barrera de coral.

La zona era el escondite perfecto para los maleantes por su cercanía con La Española.  Tan solo les distanciaba un día de navegación, por lo que podían guardar  allí sus botines de guerra y equiparse de pólvora y víveres.

Jamaica

Jamaica fue una isla famosísima en el pasado dentro del mundillo pirata, mucho antes de que llegase Bob Marley y los cigarrillos con condimento.

Fue descubierta por Colón en su segundo viaje a América y la bautizó como isla de Santiago.

A los españoles esta isla ni fú, ni fa… la tenían como la amiga fea, la hermana olvidada del Caribe. Esto permitió a los ingleses hacerse con ella en el siglo XVII sin pelearla mucho.

Para poder defender la isla de los españoles, los ingleses llegaron a un acuerdo con los filibusteros. A cambio de una patente de corso, estos hombres dejaban de ser maleantes y se convertían en piratas al servicio de Inglaterra, es decir, en corsarios (piratas a sueldo).

Los beneficios que tenían los ingleses no eran suficientes para mantener Jamaica económicamente así que propusieron un buen plan a los piratas:

Os dejamos que hagáis en la isla lo que os venga en gana, a cambio de una parte de los botines que consigáis

Ya te puedes imaginar la que se montó allí… Jamaica se convirtió en un avispero de piratas, alcohol y prostitutas. Sodoma y Gomorra.

La ciudad jamaiquina más canalla, donde ondeaba la bandera pirata a todo trapo, fue Port Royal, de la que te hablaré un poquito más adelante.

En el siglo XVIII se puso orden y se prohibió la entrada de los piratas a Jamaica. Estos tuvieron que buscar nuevos escondites en otras islas no muy lejanas… las Bahamas.

Johnny Depp

Islas Caimán

Descubiertas por Colón en su cuarto viaje por América, las islas Caimán han mantenido su carácter picaresco hasta nuestros días.

El conjunto de tres islotes se localiza en un punto estratégico, a medio camino entre Jamaica y Cuba.  Un lugar perfecto para atacar a los barcos españoles que cruzaban el mar Caribe.

Antaño fueron paraíso de piratas de parche en el ojo y pata de palo y, en la actualidad, son refugio de otro tipo de maleantes y choricillos… ejemmm. ?

¿A qué viene el nombre de islas Caimán?

A pesar de que Cristóbal era muy de poner apodos a todo lo que se cruzaba en su camino, las islas Caimán fueron bautizadas con este nombre por el pirata Francis Drake.

Pasaron a manos inglesas en el siglo XVII, cuando éstos vencieron a los españoles en Jamaica.

Nueva Providencia, Bahamas

Las Bahamas están formadas por más de 30 islas y 600 islotes y se sitúan en un punto estratégico para el comercio, a medio camino entre Florida y La Española.

Los piratas ocuparon esta zona del Caribe en el siglo XVII, como te he contado un poco más arriba, tras ser expulsados de Jamaica.

La isla más popular entre las tibias y calaveras fue Nueva Providencia y su capital, Nassau.

Si te gustan las series, los piratas y las Bahamas… ¡ATENCIÓN! No te puedes perder en Netflix, Black Sails. Aviso, te vas a pegar una enganchada que no veas.

Black Sails

Puerto Rico

Puerto Rico, además de ser la cuna del grupo Calle 13 y Ricky Martin (por favor, si presenciaste el famoso momento del perro y la mermelada en Sorpresa, Sorpresa… manifiéstate), también fue refugio de piratas y corsarios durante los siglos XVI-XVIII.

La isla, descubierta por el amigo Colón en su segundo viaje a América, era un importante bastión estratégico para la corona española.

Los piratas lo sabían, claro, y no pararon de atacarla por activa y por pasiva.

¿Qué hicieron los españoles?

Pagar a otros piratas para que fuesen de su bando (corsarios) y defendiesen Puerto Rico (conocida por aquel entonces como isla de San Juan Bautista) del resto de piratas así como de los ingleses, franceses y holandeses que querían comerle la tostada a los españoles.

02—

¿Qué isla pirata desaparece en 1692 por un terremoto?

A pesar de que la leyenda habla de una isla desaparecida, lo que arrasó el terremoto de 1692 no fue una isla entera sino la capital de la piratería en Jamaica: Port Royal.

El terremoto hundió en el mar Caribe dos terceras partes de la ciudad, lo que provocó un traspaso de la actividad comercial a la ciudad de Kingston, actual capital de Jamaica.

Según la Wiki, en su época de esplendor, Port Royal contaba con una taberna por cada 10 habitantes. Para que luego digan que el casco viejo de Donosti está saturado… ?

Como te he contado anteriormente, Jamaica y en concreto Port Royal, fue una de las mayores guaridas piratas de todo el Caribe.

Si te gusta el submarinismo y las piedras estás de suerte. Los restos de la antigua ciudad pirata de Port Royal permanecen “intactos” bajo las cálidas aguas caribeñas.

Port Royal en Jamaica
03—

Piratas famosos que atacaron el Caribe

Así, a bote pronto… ¿qué piratas famosos conoces?

Tic, tac, tic, tac.

Lo más probable es que a tu cerebro haya llegado el capitán Garfio y el pirata que rivalizaba con Amy Winehouse por la raya del ojo más marcada: Jack Sparrow.

Pues bien, estos dos personajes pertenecen a la ficción, sin embargo… piratas reales hubo, ¡y muy famosos!

Aquí va un listado de los cuatro piratas que más la petaron en el Caribe, los Rolling Stones del momento:

  • Jack Rackham, más conocido como Calicó Jack. Era un pirata presumido donde los haya, siempre preocupado por su estilo y vestido a la última con ropajes de calicó, de ahí su nombre. Seguro que estás pensando… ¿qué leñe es el calicó? Se trata de un tejido de algodón estampado con colores vivos. Jack no solo fue famoso por su afición a la moda sino por su diseño de la bandera pirata. Sí, esa con dos espadas y una calavera. Además, Jack pasó a la historia por llevar en su tripulación a dos mujeres pirata con unos ovarios que no veas.
  • Edward Teach alias “Barbanegra”. Si Barbanegra viviese hoy en día, en lugar de dedicarse a la piratería podría ganarse los “duros” encestando balones en una canasta ya que medía casi 2 metros, ¡como para no acojonar! Su apodo se debe a la forma tan curiosa que tenía de atacar a sus víctimas. Antes de comenzar una batalla, colocaba cerillas encendidas bajo su sombrero para aterrar a su enemigo. Imagínate el momento de toparte de bruces con un tío de esa altura de cuyo rostro emana humo y fuego… acojono es poco.
  • Francis Drake, el azote de la corona española. Drake fue uno de los piratas más exitosos y con más recursos de la historia gracias al apoyo que recibió de la corona inglesa. Como buen corsario, dedicaba su día a día a atacar galeones españoles cargados con oro hasta las trancas. El odio que le tenía la corona española era tal que ésta llegó a ofrecer el equivalente a 6 millones de euros por su captura. Como curiosidad, uno de los tramos de mar más peligrosos del planeta (separa Argentina de la Antártida) lleva su nombre: el paso Drake.
  • Bartholomew Roberts, alias Black Bart o el pirata abstemio. No tuvo que ser fácil para Roberts mantenerse alejado del alcohol en ese mundo de despiporre. Según narran las descripciones, Bartholomew era una hombre culto, con clase, amante de la lectura, profundamente religioso (evitaba atacar los domingos, día del señor) y fan “number one” de té. Un pirata curioso donde los haya. Con su muerte en 1722, el mundo de la piratería en el Caribe entró en decadencia.
04—

Mujeres pirata

Los galeones españoles no solo temieron la testosterona de los machos alfa de la piratería, surcando la aguas caribeñas también hubo mujeres de armas tomar.

A pesar de la existencia de una ley que prohibía la presencia de mujeres en los barcos, hubo dos féminas pirata, con la que no me hubiese gustado toparme: Anne Bonny y Mary Read.

Anne Bonny tuvo que huír de su Irlanda natal a Carolina del Sur cuando todavía era un moco. Su padre se había liado con la criada (madre de Anne) y cuando se descubrió el papelón no les quedó otra que salir por patas.  En América, el padre hizo bastante pasta y Anne vivió como una reina en su juventud.

Narran las crónicas que tenía un temperamento de tres pares de narices y las broncas con su progenitor eran continuas.

Ella soñaba con ser libre, como los piratas, lo que la llevó a huir a las Bahamas y casarse con un marinero de poca monta: James Bonny.

El querido yerno, viendo que la familia de Anne manejaba pasta, quiso quedarse con la fortuna del padre. Para frustrar los planes de James, el padre la desheredó y el matrimonio se marchó a Nassau a probar fortuna.

En la isla, Anne se enamoró de calicó Jack. Nassau era un pueblillo y todo “quisqui” se enteró del escarceo por lo que decidieron robar un barco y huir juntos.

Cuenta la leyenda que en uno de sus asaltos pirata, Anne descubrió, entre los marineros del barco asaltado, a un joven muy bello que llamó su atención. El joven, que hizo muy “buenas migas” con Anne, pasó a formar parte de la tripulación de calicó Jack.

Con el paso del tiempo, Jack empezó a sospechar del buen rollito que tenía su mujer con el nuevo tripulante hasta que descubrió que no era un hombre…¡sino una mujer disfrazada! Jack aceptó a la chica en su barco y Mary Read se convirtió en una de las más célebres mujeres pirata.

Todo fue de maravilla para este trío pirata hasta que el barco de calicó Jack fue capturado y su tripulación condenada a la horca. Anne y Mery consiguieron un aplazamiento de la sentencia al asegurar que estaban embarazadas. Mery murió encarcelada a causa de unas fiebres y Anne consiguió huir.

mujeres pirata

El romanticismo pirata sigue impregnando nuestra vida a través de series y películas que nos acercan de un plumazo a todos esos refugios y batallas. No hay más que echar un vistazo a la saga de Piratas del Caribe para darse cuenta que…

Todos tenemos un piratilla en nuestro interior.

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Comentarios:

9 comentarios en “5 islas del Caribe con alma pirata


5 de noviembre de 2020

Amigo esto ha sido la ostia me declaro fan madre mía . Saludos desde cuba

Luis
15 de junio de 2020

Sencillamente espectacular.Muchas gracias.
Una combinación perfecta de buena información con un toque de humor.
saludos

    Marta Goikoetxea
    10 de agosto de 2020

    Ohhhhh mil gracias a ti Luis por dedicar un rato a leer el artículo.

    Un abrazo muy grande.

Eiztarigorri
19 de octubre de 2019

La mayoría de los piratas acabaron en la horca o arruinados, pero no sólo eso, de 11000 buques españoles que surcaron estas aguas a lo largo de tres siglos sólo 519 se perdieron como consecuencia de ataques pirático. Hubo ciertamente golpes maestros como el de Matanzas, pero no por piratas, sino por flotas de potencias y también fueron excepcionales. Si sacamos el porcentaje, veremos que la piratería afectó a 1 %. Es decir que más allá de la sensación de peligro, la piratería fue incapaz de ni siquiera de hacerle cosquillas al sistema imperial español. Pero no fue todo inútil, lugares como Jamaica se convirtieron en centros de contrabando que eso sí que hizo daño al imperio y, sobre, todo de espionaje.

    Marta Goikoetxea
    24 de octubre de 2019

    Hola

    Madre mía, mil gracias por tu comentario, he aprendido un montón.

    Es un periodo de la historia fascinante, podría estar horas leyendo o escuchando.

    Gracias por dedicar un rato a leer y aportar más conocimiento.

    Un saludo

Madi
26 de febrero de 2019

Hola Marta. Me encantó leer este post. Jack Sparrow es uno de mis personajes favoritos. Gracias por la grandes historias piratas!

    Marta
    2 de marzo de 2019

    ¡A mí también me encanta el personaje! Si te fascinan las historias de piratas, tienes que ver la serie Black Sails.

    Un abrazo

itamar
20 de abril de 2018

falto charles vane

    Marta
    23 de abril de 2018

    ¡Cierto! Me lo apunto para la segunda parte. ?

    Un abrazo y gracias por comentar.

    Marta