El Gran Bazar de Estambul ¿Qué comprar? Afilando la tarjeta

En general, allí donde se monta un mercadillo, vamos todos como locos en busca de gangas, cotillear con el vecino, tomar un marianito, emocionarse a grito de: ”que me lo quitan de las manos señooooooora”.

Si cambias la plaza de tu pueblo por Estambul y el marianito por un té de manzana,  tu mente se traslada a la velocidad del rayo al mercado más grande del mundo: el Gran Bazar. 

58 calles, 22 puertas de entrada, 20 mil personas trabajando, 300 mil visitantes diarios y 4000 tiendas donde pulirte los cuartos y sacarle filo a la tarjeta.

El gran Bazar se sitúa en la orilla europea de Estambul, en el barrio de Sultanahmet, donde se localizan la mayor parte de los atractivos turísticos de la ciudad como la Mezquita Azul o Santa Sofía.

Para llegar hasta allí lo más sencillo es coger el tranvía y bajarte en la parada “Beyazit”. Una vez allí no tienes más que seguir a la masa hacia una de las 22  entradas que dan paso al paraíso de las compras.

La primera sensación que vas a tener al adentrarte en este mercado gigante es:

“¡Qué locura de calles!¡ ¡A dónde voy!!”

Mi recomendación (siempre que dispongas de tiempo suficiente) es que te dejes llevar por los colores, los brillos, las cúpulas pintadas de azul eléctrico y la marea humana.

Piérdete y vuélvete a encontrar todas las veces que quieras, párate a tomar un té mientras imaginas cómo comerciaban en ese mismo lugar hace 500 años, mira, regatea y cuando ya estés aburrido y andes por el bazar como un turco por su casa, entonces:

• Compra.
• Sigue perdiéndote.

Lejos de las tácticas de venta de antaño al más puro estilo acoso-derribo, los vendedores están bastante más relajados.

¿Te van a dar un poco la chapa? Sí, pero nada agobiante.

Cada lugar del mundo se caracteriza por unos productos típicos realizados con tradiciones artesanales del año de la polca; objetos que de vuelta a casa te sacan  una sonrisa porque te traen mil recuerdos, anécdotas de cómo los compraste, lo peleón que se puso el chino/indio/turco con el precio…recuerdos MADE IN que molan.

Si estás leyendo este artículo es probable que estés planeando un viaje a Turquía y quieras saber qué comprar en Estambul y más en concreto en el Gran Bazar.

Aquí va un listado de los productos más típicos:

• Alfombras. La artesanía textil está unida al pueblo turco desde sus orígenes y la calidad de las alfombras turcas, junto a las persas, es mundialmente conocida.  Se diferencian de éstas últimas en la forma de tejerlas ya que las turcas están realizadas con doble nudo. En el gran Bazar puedes encontrar varias tiendas donde la compra es todo un ritual acompañado de largas charlas, varios tés de manzana y mucho, mucho regateo.
• Cerámica: Platos, ensaladeras, azulejos, tazas…puedes comprar todo tipo de artesanía vidriada, realizada y pintada a mano.
• Toallas de algodón orgánico para dejarte el culito seco como un bebé.
• Narguile (sisas) de todos los tamaños, colores y materiales.
• Joyería en oro.
• Ojos turcos (no humanos) 
• Jabones y esponjas naturales.
• Relojes de imitación para que chulees de TROLEX delante de tus amigos.
• Ropa de imitación: zapatillas, polos, camisas y calzoncillos de Kalvino Klein.
• Dulces. Si crees que te gustan los dulces más que a nadie, espera a ver los postrecitos que se meten los turcos entre pecho y espalda. Kilos de miel con kilos de frutos secos convertidos en suculentos baklava y locum. El lugar para comprar este tipo de productos no es el Gran Bazar sino el Bazar de las Especias.
• Especias. Al igual que los dulces, si quieres gastarte medio sueldo en azafrán, curry y pimienta de todos los colores, dirígete al Bazar de las Especias.

Olvídate los rituales de compra a los que estás acostumbrado:

• A. Mirar el precio y comprar.
• B. Mirar el precio y salir espantado.

El regateo, en Turquía, es deporte nacional. Tendrás que sacar todas tus armas de serpiente sibilina para conseguir un precio «justo». Como es obvio cada uno tira para su casa, la 1º oferta del simpático turco te pondrá los pelillos como escarpias y tú se los pondrás a él con el tuyo.

Tras 2 horas de envido a la grande y 25 tés de manzana saldrás victorioso con tu compra y esta cara:

En Gran Bazar está repleto de pequeños patios en los que puedes descansar del ajetreo, comer algo y coger aire para volver a empezar.

Estos patios reciben el nombre de Han y hay uno especialmente bonito: el Zincirli Han. En su interior se encuentra una de las tiendas de alfombras más famosas del Gran Bazar.

En el bazar hay tropecientas tiendas en las que venden bolsos pero no todas ofrecen buena calidad.

Si te vas a Turquía y te interesa comprar bolsos realizados con las mejores pieles y con modelos de última tendencia, escríbeme un comentario o envíame un email y te pondré en contacto con uno de los vendedores que conocimos allí y tiene productos de calidad.