¿Dónde ir en Semana Santa? Dos Destinos de Alucine

Parece que fue ayer cuando estábamos comiendo turrón. Seguramente comenzaste el Año Nuevo como todos, haciendo dos cosas:

• Engañarte con los míticos propósitos de apuntarte al gimnasio, dejar de fumar, comer sano y adelgazar los 5 kilos que te habías echado encima a base de turrón de Jijona.
• Redondear con un círculo fosforito los días de Semana Santa que para tu alegría y la de medio país, este año cae en Marzo.

¿Has pensado ya dónde quieres ir en Semana Santa?

Si aún no has elegido destino, no te preocupes, te propongo dos lugares “chachi piruli Juan Pelotilla” (cómo me gustan estas expresiones de los 80).

Uno para los suertudos que dispongan de al menos dos semanitas libres y el otro para hacer una escapada de 4-5 días.

P.D. Si piensas viajar a la Costa Mediterránea con la esperanza de que haya solazo y 25 grados…flipas. Si vas a venir al norte con las mismas intenciones…con esto te digo todo:

Puede que al ver la primera imagen de este artículo hayas pensado que te quiero llevar de fiesta infantil pero no.

Este despliegue de color es el Holi, una celebración que se celebra en toda la India para dar la bienvenida a la primavera. 

Uno de los lugares donde celebran el Holi con más ímpetu es en la provincia de Uttar Pradesh (norte de India).

La noche anterior al Holi, se encienden grandes hogueras en las que se quema una representación del demonio. De esta manera simbólica, con el triunfo del bien sobre el mal, comienza la fiesta del color.

Durante el festival, la calle se llena de gente esparciendo a diestro y siniestro polvos de mil colores (de normal las calles están «petadas» de personas SIEMPRE, así que aquello se pone a reventar, literal).

Cada año la fecha de inicio varía según la llegada de la luna llena del mes de Marzo.

Te aconsejo que lleves tu ropa más «cutre salchichera» para celebrar el Holi porque después, irá directa a la basura.

El norte de la India, además de por el Holi, es conocido por un monumento de fama mundial: el Taj Mahal.

Sííí, además de ponerte fino de polvos de colores y pasártelo «pipa», puedes matar dos pájaros de un tiro y conocer un destino soñado para la mayoría de viajeros.

Puede que tengas mil dudas sobre el Taj, cómo llegar, cuánto cuesta, qué día es mejor visitarlo… No te preocupes, en este artículo tienes todo lo que necesitas saber.

El resto de días puedes dedicarlos a visitar ciudades como Delhi (la capital) o las ciudades de la provincia del Rajastán: Jaipur, Jodhpur, Udaipur y Jaisalmer.

Tan cerca de casa y tan lejos. Si quieres viajar a un destino exótico con el que no sufras jetlag, ese es Marruecos.

Marzo y Abril son dos meses perfectos para visitar la capital, Marrakech, ya que evitarás estar regateando en el zoco a 350 grados.

Si piensas que tú de regatear «nanai de la China»… ¡la llevas clara! Ten por seguro que tendrás que hacerlo hasta con el papel higiénico. No te estreses, para ellos es un ritual, una forma de comerciar así que…allá donde fueres, haz lo que vieres.

Entre tres millones de opciones y actividades en la capital de la locura, no me perdería ni loca:

• Visitar el zoco. Viajar a Marrakech y no recorrer el zoco es como irse de India sin ver el Taj Mahal. Piérdete y vuelve a encontrarte, habla con todo «pichichi» hasta que se te haga un esguince bucal y alucina con toda la artesanía que puedes encontrar entre las callejuelas.

• Mezquita Koutoubia. Si has visitado Sevilla vas a pensar: ¿»Qué hace aquí la Giralda?» Efectivamente, La mezquita Koutoubia y la Giralda parecen primas hermanas. Si nos ponemos sinceros, fuimos nosotros los copiones; aunque ambas se construyeron en el mismo periodo, la marroquí es más antigua. La sala de oraciones tiene cabida para 20 mil personas pero muy a tu pesar te tendrás que conformar con contemplarla desde el exterior ya que sólo pueden acceder a ella los musulmanes.
• Palacio Bahia. Un remanso de paz que nos traslada a la Alhambra de Granada.  La «casita» tiene ni más ni menos que 150 habitaciones distribuidas en una sola planta (el visir que ordenó su construcción estaba un poquito «pasado de peso» y por ello no se construyeron escaleras).

• Plaza Jemaa el Fna. Si quieres locura, aquí tienes para dar y regalar. Un mix de marroquíes, perros, monos, vendedores de TODO TIPO de artilugios, encantadores de serpientes, puestitos de naranjas, etc, etc. Visítala de día y de noche y no te pierdas las vistas panorámicas de la misma desde el piso superior de alguno de los cafés que la rodean.

• Madraza Ben Youssef. Las madrazas son instituciones dedicadas a la enseñanza del Corán y ésta data ni más ni menos que del siglo XVI. Es una visita imprescindible en tu viaje a Marrakech.
• Tumbas Saadies. Se accede a ellas a través de un estrecho pasaje que se encuentra junto a la mezquita de la Kasba. Escondidas hasta hace poco más de 100 años, estas tumbas albergan uno de los rincones más bellos de Marrakech: Sala de las Doce Columnas.  

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