¿A dónde viajar en Febrero? Destinos mágicos

La Antártida es el destino más meridional del mundo, osease a tomar por culo de todo.

Para llegar hasta allí, lo opciones más habituales son:

1. Coger un barco en Ushuaia (Sur, sur, sur de Argentina) o en Punta Arenas (Chile).
2. En avión desde Buenos Aires o Santiago de Chile.

Desde Australia se organizan vuelos a no más de 3.000 metros de altura para hacer fotografías con un precio de 1.000 y 2.000 euros.

Es el período que corresponde al fin del «verano antártico» (Noviembre a Marzo) y por ello las aguas son navegables y las temperaturas, aunque sean heladoras (5º, -5º), permiten darte unos paseítos entre pingüinos y demás fauna polar.

Olvídate de Iglús, hoteles «five stars» o albergues juveniles; en la Antártida sólo existen las siguientes bases privadas:

• Union Glacier Camp: recibe cada año a cientos de pastados para realizar la “Maratón de Hielo” que consiste en correr hacia el Polo Sur, menos San Silvestre y a ¡ver si hay huevos de correr aquí!
• Vinson Base Camp – South Pole Camp – Gould Bay Camp

La forma más habitual de visitar la Antártida es el barco a través de expediciones de 50-100 personas o mega barcos-crucero con 400-500 personas a bordo. Las comidas, fiestas o partidas de mus las realizan en el propio barco.

Los barcos entran en las bahías de glaciares y utilizan zodiacs para llegar hasta el hielo-tierra.

• Paso Drake donde puedes ver petreles, gaviotas, albatros. Llévate pastillas para el mareo ya que este paso puede ser más tranquilo que un estanque de ranas o tener tormentas con olas de hasta 10 m, jurrrrrr.
• Isla Deception. Esta isla alberga un gran volcán activo y sumergido, cuyo cráter asoma  a la superficie creando en su interior una inmensa piscina natural con el agua a nada más y nada menos que 27 gradetes. ¡Esto se merece un chapuzón!
• Puerto Lockroy poblado por pingüinos de cola blanca.
• Bahía Paraíso, uno de los rincones de mayor belleza de la Antártida.
• Canal Lemaine, también conocido como «canal Kodak».  Se trata de un angosto estrecho rodeado de precipicios de hielo y, con ese apodo, ya te imaginarás que tienes que ir con la batería de la cámara bien cargadita…
• Todo tipo de bichos como ballenas, pingüinos, focas, aves, así como icebergs flotando a la deriva. Esperemos que el capitán tenga ojo y no choque con ninguno tipo Titanic…

El Taj Mahal es el monumento funerario más visitado de la India. Parece ser que Shah Jahan no andaba mal de pasta y cuando murió su esposa preferida, Mumtaz, pensó:

» ¿Qué le hago yo a esta mujer? pues tira, un pedazo mausoleo para que no diga que quiero más a mis otras 50 mujeres.»

Se encuentra en la ciudad de Agra, a 200 km de Nueva Delhi y aunque su nombre significa «paraíso», muy paraíso no es que sea, a parte del Taj Mahal y el fuerte, poca cosa hay más para ver.

Febrero es un momento estupendo para visitar India ya que las temperaturas son más suaves, unos 26º que ¡ya los quisiera yo para el verano donostiarra!.

Recomiendan entrar por la puerta Este aunque yo entré por la Sur y no tuve problemas, lo único que tienes que hacer es intentar ignorar a los 3 millones de indios que quieren:

• A. Venderte algo.
• B. Ser tu guía.
• C. Timarte.
• D. Re-timarte.
• E. Volver a timarte si tienes pocas luces pero ¿tú no lo intentarías si vivieses en sus condiciones? Una sonrisa y a tu bola.

Al loro marifloro, el precio de la entrada es 750 rupias por cabeza para los extranjeros, para ellos 30 rupias. Cuidado con las vueltas, se hacen los locos y esperan a que se la pidas.

Con la entrada te dan una botella de agua y una bolsa donde hay unos «patucos» de papel para ponerte encima de tus zapatos, imagínate que pintukis llevas…

Sin lugar a dudas nada más pasar por el control de seguridad se te abre la boca como un buzón guuuuuuuuuuuaaaaaaaaauuuuuuuuuu. El Taj Mahal se ve al fondo, enorme, majestuoso e impresionante. Desde luego Shah Jahan, te lo curraste bien.

Si quieres conocer todos los entresijos del Taj y sobre todo, qué día no debes visitarlo, ¡léete este artículo!

¡Namasté!

El monte Cervino o Matterhorn es la niña bonita de Suiza. Este pico, con forma piramidal se encuentra entre la frontera de Suiza e Italia, y su cumbre de 4.478 metros, es una de las más altas de los Alpes.

Una curiosidad de Zermatt (pueblo junto al Cervino) es que están prohibidos los vehículos a motor: ni coches, ni motos, ni tanques; si quieres desplazarte por el pueblo tendrás que hacerlo a patita, en carrito de golf eléctrico, autobús de energía solar o en calesa de caballos al más puro estilo «rociero».

En la calle principal Bahnhofstrasse tienes todo lo que puedas necesitar (con la cartera llena): hotelazos, hotelitos, bares, restaurantes y un laaaaarrrrrrrgo etcétera.

Si eres «palillero» (esquiador) puedes participar en el «safari de esquí» que consta de 3 picos conectados: el Rothron, con su elevado funicular, el Gornegrat al que se accede en un pintoresco tren rojo y el Kleines Matterhorn, al que se llega en teleférico. Se trata del teleférico más alto de Europa y lleva a una plataforma panorámica a 3.883 metros desde donde se pueden ver 38 picos de más de 4.000 metros, 14 glaciares y, cómo no, un restaurante: el Matterhorn Glacier Paradise.

Para aquellos que pasen de deslizarse por la nieve y prefieran hacerlo sobre sus dos patitas, una detrás de la otra, pueden realizar varios recorridos por senderos que parten de Zermatt y contemplar cinco lagos en los que se refleja el Cervino.

¿Quieres seguir buscando inspiración para viajar según el mes del año? Date un voltio por los tips viajeros.